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12/29/2009

Fiebre Familiar del Shar-Pei

En primer lugar, quiero pedir perdón por mi larga ausencia, pero ya es momento de actualizar.

De mi Estancia en Helsinki se podrían escribir muchas entradas, cosa que seguramente haré, por todo lo que he aprendido allí. Pero hoy quiero dedicar la entrada del blog a un caso que fue muy especial para mí ya que era la primera vez que escuché, leí, diagnostiqué, traté y aprendí sobre esta enfermedad, la "Fiebre Familiar del Shar-Pei" (FFS, Familial Shar-Pei Fever en inglés), también llamada Síndrome del corvejón Inflamado (Swollen Hock Syndrome, SHS) y muy relacionada con la Fiebre Familiar Mediterranea que se da en humana.

La FFS es una enfermedad hereditaria con una base genética, cuya herencia parece ser debida a condición autosómica recesiva. Es una enfermedad autoinflamatoria caracterizada por una alteración en la regulación de los patrones normales de la inflamación. Los perros con esta enfermedad tienen unos niveles altos de la Interleukina 6, citoquina envuelta en el control de la respuesta de la fiebre y que es una parte esencial en el desencadenamiento de la producción de las proteínas reactivas de la fase aguda de la inflamación (APP), que a su vez son las precursoras de los aminoácidos amiloides en el hígado.

Las APP se producen de manera normal durante la inflamación activa y, en animales sanos, se degradan cuando cesa la lesión o enfermedad. En los perros con este síndrome la degradación no ocurre, dando lugar a la formación de sustancia amiloide que es depositada en el exterior de las paredes celulares y no se elimina del organismo.

Los Shar-Pei con esta enfermedad tienen riesgo de morir a edad temprana debido a una amiloidosis sistémica. Alrededor del 25% de los perros con esta enfermedad desarrollarán fallo renal y muerte debido a amiloidosis renal que genera un daño renal irreversible, mientras que u porcentaje menor de animales desarrollará fallo hepático debido a amiloidosis hepática. Esto se ve normalmente en Shar-Peis entre 2 y 5 años de edad, que además parecen ser más susceptibles a otras enfermedades renales inmunomediadas como glomerulonefritis membranosas, glomerulopatías perdedoras de proteínas, coagulación intravascular diseminada, embolismo esplénico y pulmonar y síndrome de shock tóxico por Streptococcus.

Los signos clínicos son poco específicos.
Lo más característico son ataques episódicos e inexplicables de fiebre, normalmente entre 39.4º C y 41.7º C, que generalmente son autolimitantes y desaparecen a las 12-36 horas sin tratamiento, en la mayoría de los casos. La fiebre suele comenzar antes de los 18 meses de edad, pero no es raro ver que los ataques comienzan más tarde. Los atques de fiebre suelen ser menos frecuentes con la edad.

Aproximadamente el 53% de los perros con FFS experimentan SHS y debemos ser muy cuidadosos para no confundir el ecceso de piel y arrugas alrededor del corvejón en algunos Shar-Peis con SHS.

Hay algunos signos que pueden acompañar a los episodios de fiebre. Inflamación alrededor de una o varias articulaciones (celulitis) con o sin inflamación de la propia articulación, principalmente en la articulación del corvejón. Inflamación del hocico, que presentará dolor. El dolor e inflamación a veces puede afectar al carpo (muñeca) y a los labios. Los perros pueden mostrar reticencias para moverse, vómito moderado o diarrea, respiración rápida y superficial y la espalda arqueada como muestra de dolor abdominal

Otras enfermedades que pueden causar una sintomatología similar y que debemos incluir en nuestro diagnóstico diferencial son:

Lupus eritematoso sistémico (LES: Esta es una enfermedad autoinmune, o inmunomediada en la cual el cuerpo ataca sus propias células. Da lugar a inflamación de las articulaciones, cojera, enfermedad renal y fiebre

Poliartritis inmunomediada: Esta es otra enfermedad mediada por inmunocomplejos, que da lugar a inflamación de las articulaciones. Los perros pueden tener fiebre, pero no están involucrados otros órganos.

Artritis séptica: La infección de una o más articulaciones puede causar signos clínicos similares. La mayoría de las infecciones articulares se limitan a una sola articulación mientras que la FFS generalmente implica múltiples articulaciones.

Enfermedades transmitidas por garrapatas. Las enfermedades infecciosas vehiculadas por las garrapatas pueden causar inflamación de las articulaciones, cojera, fiebre, e incluso enfermedad renal, entre otros signos. Estas enfermedades incluyen la enfermedad de Lyme, Ehrlichia, anaplasmosis y fiebre de las Montañas Rocosas.

Artritis reumatoide. Esta es una enfermedad autoinmune que causa la destrucción ósea de las articulaciones. La inflamción asociada a la FFS no causa lesiones óseas, pero los signos clínicos pueden ser similares.

Infección bacteriana grave. Una infección bacteriana, como la neumonía, endocarditis (infección de una válvula del corazón), infección del tracto urinario, absceso, u otros sitios de infección en el cuerpo comúnmente causan fiebre, dolor, y reticencia a moverse. Inflamación de las articulaciones de manera secundaria también pueden ocurrir en algunos casos.

Neoplasia (cáncer). Aunque es poco probable en perros de menos de dos años de edad, el cáncer puede causar fiebre y malestar, imitando a los signos de la FFS.

Como me resulta una enfermedad interesante considero oportuno hablar del diagnóstico y tratamiento (algo novedoso en este blog). He de empezar diciendo que no hay ningún test que pueda confirmar de manera asertiva el diagnóstico, aunque hay grupos de investigación trabajando en ello, de manera que para el diagnóstico nos basaremos principalmente en la historia clínica, raza, edad y el descarte de otras enfermedades que generen síntomas similares.

Historia y examen físico: Los propietarios pueden informar de episodios anteriores de enfermedad y de fiebre, ya que esta es una enfermedad que reaparece. Lo que debemos buscar es: letargo, disminución del apetito, fiebre recurrente, cojera o paso torpe, inflamación de las articulaciones, particularmente en las patas traseras, dolor y reticencia a moverse, hocico hinchado, molestias abdominales. La raza, la edad y los síntomas deben despertar la sospecha de esta enfermedad

Recuento sanguíneo completo (CBC): Muchos perros con FFS tendrán elevaciones del recuento de leucocitos con desviación a la izquierda y una leve elevación de los niveles de fosfatasa alcalina.

Perfil bioquímico: Los perros afectados pueden mostrar niveles elevados de globulina. Globulinas son proteínas que se elevan en la inflamación. Los perros con enfermedad temprana no muestran otras anormalidades en el perfil bioquímico. Los perros que sufren de insuficiencia renal y / o daños en el hígado tienen elevaciones de los parámetros de los riñones y el hígado. Esta prueba de sangre es un marcador importante para indicar el estado de la enfermedad y progresión.

Análisis de orina y cultivo de orina: El análisis de la orina proporciona más información acerca de la función renal. Los perros con una función renal muy deteriorada han diluir la orina y pueden tener exceso de proteína en la orina. La pérdida de la capacidad para concentrar la orina (densidad específica desde 1010 hasta 1022) es el indicador temprano más común de un problema renal. El cultivo bacteriano de una muestra de orina se justifica para descartar una infección del tracto urinario.

Ratio proteína/ creatinina en orina: Esta prueba se utiliza para cuantificar la cantidad de proteína en la orina y es un indicador importante de cierto tipo de daño renal que puede ser visto secundario depósito de sustancia amiloide en los riñones.

Cultivo de la sangre: El cultivo bacteriano de la sangre durante una fiebre alta ayuda a descartar la probabilidad de una infección en el torrente sanguíneo.

Radiografías de tórax y abdomen. Estas pruebas suelen ser normales en los perros con la FFS. Sin embargo, son pruebas importantes para descartar otras enfermedades, como la neumonía y otras infecciones o tumores.

Radiografías de las articulaciones. Los perros que se presentan con los corvejones hinchados mostrarán evidencia de inflamación del tejido blando en las radiografías, pero no hay anomalías óseas.

Artrocentesis. Pequeñas cantidades de líquido pueden obtenerse de las articulaciones afectadas. La caracterización de los tipos de células en el líquido articular puede descartar algunas enfermedades. El cultivo del líquido se recomienda para descartar la infección bacteriana. Esta prueba no se utiliza como un indicador específico de FFS, porque la inflamación de las articulaciones debido a diversas causas puede tener tipos de células similares en el líquido articular. Algunos perros con la FFS presentan un análisis de fluidos normal.

Análisis de sangre para enfermedades transmitidas por garrapatas. Los anticuerpos en la sangre pueden ser medidos para comprobar la existencia o ausencia de las enfermedades transmitidas por garrapatas citadas anteriormente. Se emplea el Snap 4Dx Test (Ehrlichia, Borrelia, Anaplasma y Dirofilaria).

Pruebas del sistema inmunológico. Si se sospecha de lupus eritematoso sistémico o de artritis reumatoide, se pueden realizar análisis de sangre especiales para ayudar a confirmar el diagnóstico. Estos análisis son la prueba de anticuerpos antinucleares (ANA) y del factor reumatoide.

Biopsia de riñón o hígado. En los perros con evidencia de disfunción renal o hepática, las biopsias de estos órganos podrá ser considerada para confirmar un diagnóstico de la deposición de amiloide. En muchos casos los perros han tenido una historia de FFS, y el posterior desarrollo de enfermedad renal o hepática se presume que es debido a amiloide, incluso sin confirmación la biopsia.

El tratamiento varía dependiendo de la severidad de la enfermedad. El principal objetivo de la terapia en perros con FFS es reducir el riesgo de enfermedad renal o hepática secundaria en pacientes que sufren los signos de fiebre recurrente y cojera. En la mayoría de los casos los episodios de fiebre son de corta duración y no causan enfermedad prolongada. A veces, sin embargo, la fiebre puede ser muy alta y puede requerir hospitalización.

En los perros con temperaturas superiores a 41 grados C, existe un riesgo de daño celular secundario al exceso de calor corporal. Estos pacientes necesitan ser hospitalizados y tratados con terapia intravenosa de fluidos de manera agresiva. Si existe algún indicio de infección bacteriana concomitante, el tratamiento antibiótico está también justificado.

Antiinflamatorios no esteroideos pueden ser utilizados para aliviar el dolor y la cojera asociada con los episodios de fiebre e inflamación de las articulaciones. También pueden reducir la fiebre. Esta clase de medicamentos debe usarse con precaución en los pacientes para evitar efectos secundarios no deseados. Podemos usar 1 ml de Dipirona al 50% o de Flunixin meglumine a fin de reducir la fiebre y de proporcionar alivio del dolor, en particular para la fiebre> 40,5 ° C.

Colchicina. Cuando se utiliza en las primeras etapas de la enfermedad, este medicamento ayuda a reducir la frecuencia de episodios de fiebre, así como a reducir la probabilidad de depósito de amiloide y por consiguiente la insuficiencia renal o hepática secundaria. El uso de la colchicina en pacientes con insuficiencia renal establecida puede, o no, ser útil y puede aumentar el riesgo de toxicidad por fármacos. Este medicamento puede causar efectos secundarios graves que incluyen vómitos y diarrea, así como la supresión de la médula ósea. Dosis: 0,025-0,03 mg/kg/24 h durante 2 semanas y si no hay problemas gastrointestinales a continuación, el doble de la dosis a dos veces al día.

Una dieta baja en proteínas puede ser útil para frenar el desarrollo de la enfermedad renal en perros con episodios de fiebre recurrente.

La terapia de apoyo debe ser proporcionada para los perros ya muestran signos de insuficiencia renal. Esto puede incluir la terapia de fluidos, el uso de medicamentos contra las úlceras gástricas, la rigurosidad de los regímenes dietéticos, uso de medicamentos contra las náuseas, el control de la presión arterial, y el uso de un fármaco para reducir la pérdida de proteínas a través de los riñones (no todos los perros tienen pérdida de proteínas en la enfermedad renal ).

En cuanto al pronóstico lo primero que hay que decir es que se trata de una enfermedad que, de momento, es incurable, pero de la que podemos controlar la progresión y síntomas, de manera que la calidad de vida de nuestro animal sea adecuada.

El pronóstico es reservado para los Shar-Peis que se desarrollan amiloidosis. En el caso de amiloidosis hepática, el pronóstico es mejor que en el caso de amiloidosis renal y la respuesta al tratamiento con colchicina es mejor también.

Los pacientes de insuficiencia renal requieren una supervisión cuidadosa y frecuente de peso, los valores de los parámetros renales, la presión arterial, los niveles de proteína en sangre y recuento de glóbulos rojos.

12/24/2009

Pezqueñines no gracias.....el menos crudos

Ya he vuelto de Helsinki, han sido tres meses increíbles en los que he aprendido muchísimo, nunca podré pagar todo lo que me han enseñado, aunque el camino que me queda por recorrer siga siendo largo (todo sea por el bien de los pacientes).

Antes de empezar con el interesante tema de hoy quiero felicitar a Don Raúl Herencias Cabezas y a Don Javier Caballero Villalobos por su reciente Licenciatura en Veterinaria, debeis sentiros afortunados y orgullosos porque acabais de entrar en el maravilloso mundo de curar, entender, cuidar a los animales. Y como leí una vez "todo el mundo puede estudiar veterinaria, pero no todos pueden ser veterinarios". Ahora teneis que demostrar lo aprendido, saber interpetrar un maullido, una postura anómala, una mirada angustiosa, un relinchar, un ladrido, un mugido y, junto con otros síntomas, transformarlos en un diagnóstico, un pronóstico y un tratamiento, eso es arte. Enhorabuena de verdad, me alegro mucho por vosotros y por los ratos buenos que hemos compartido en la carrera, recordad que nuestro objetivo es velar por el bienestar animal.

Centrándonos ya en el tema, hoy voy a hablar de un mito popular acerca de la alimentación de los gatos (estoy pensando en cambiar el nombre del blog a su gato miente o su felino miente) y este es la creencia (hoy día casi superada) de que los gatos se pueden alimentar a base de pescado crudo.

Ya explicamos el por qué no se les debe de dar leche de vaca (ver primera entrada del blog), hoy explicaré por qué no se les debe de dar pescado crudo en grandes cantidades o como fuente exclusiva de nutrientes.

El pescado crudo contiene unas enzimas llamadas tiaminasas que degradan a la vitamina B1 eliminando la posibilidad de asimilación de dicha vitamina. Existen dos tipos de tiaminasas. La tiaminasa I degrada e inactiva la vitamina y la tiaminasa II la modifica e inactiva. Existen tiaminasas en el pescado crudo, el té, el café y en otros alimentos.

Ya expliqué en la primera entrada la interacción enzima-sustrato, pero aquí hay que recordarla. La enzima (tiaminasa en este caso) tiene un número "x" de sitios activos a los que se une el sutrato (tiamina en este caso). Pues bien la tiaminasa tiene muchos sitios activos de manera que muchas moléculas de tiamina pueden unirse a ella e inactivarse dando lugar, si la dieta se basa sólo en consumo de pescado crudo, a déficit de tiamina.

Es cierto que a los gatos se les ha alimentado con pescado crudo durante mucho tiempo, pero también lo es que estos gatos accedían a otras fuentes de alimento que les proporcionaban más cantidad de tiamina, lo que solventaba el problema.

¿Por qué es importante la tiamina? La tiamina es una vitamina y como tal es esencial para el mantenimiento de las reacciones metabólicas del organismo. Más específicamente, la tiamina resulta esencial para el buen funcionamiento del sistema nervioso, ya que participa en la formación de la glucosa, esencial para el funcionamiento neuronal.

¿Qué signos muestra un gato con deficiencia de tiamina? Pues como hemos dicho que la tiamina es esencial para el funcionamiento del sistema nervioso, central sobre todo, mostrará signos neurológicos. En concreto, un gato tras estar alimentado unas 2-4 semanas con una dieta deficiente en tiamina empezará a mostrar salivación excesiva, convulsiones breves tras dos meses con la dieta, dilatación pupilar, disminución de los reflejos pupilares y lo más característico ventroflexión de la cabeza (el gato tiene la cabeza agachada)como consecuencia de parálisis de los músculos cervicales. Esta ventroflexión debe distinguirse de la que aparece en casos de hipocalemia e intoxicación por organofosforados. Con el progreso de la enfermedad aparece debilidad progresiva, postración y muerte del animal.

El diagnóstico de la enfermedad se basa en los signos clínicos, una alimentación a base de una dieta deficiente en tiamina (pescado crudo) y la respuesta a la terapia (los gatos se recuperan a la 24 horas de inyectarles tiamina).

El tratamiento se basa en la administración de tiamina al gato y en el cambio de dieta a una dieta delina correcta. La tiamina debe administrarse hasta una semana después de que la dieta haya sido corregida.

Lo más importante para el gato y para el dueño, ¿cómo prevenir esta enfermedad?. La respuesta a esta pregunta es sencilla, cocinando el pescado, ya que la tiaminasa es termolábil y se destruye con el calor. Pero lo mejor para prevenir esta enfermedad y muchas otras enfermedades derivadas de la alimentacion es dar a nuestra mascota un pienso adecuado.

Muchas gracias por leer

11/23/2009

Rotura de ligamento cruzado craneal (RLCC)


Hoy, para variar un poco, os voy a hablar de una patología ortopédica, ya que la cirugía ortopédica es lo que más me gusta de la veterinaria. Todos o casi todos conoceis la rotura del ligamento cruzado craneal por el fútbol o por otro deporte, pero también afecta a nuestros queridos perros y gatos.

El LCC se compone de dos partes la banda corta craneomedial y la banda larga caudolateral. El LCC limita el movimiento en dirección craneal y la rotación interna de la tibia en relación al fémur y previene la hiperextensión de la articulación, esto es importante conocerlo ya que nos facilitará la comprensión de algunos síntomas que muestra el animal afectado y también de algunos test diagnósticos que se realizan.

La RLCC es una de las lesiones más comunes en el perro y la causa principal de Enfermedad Articular Degenerativa (EAD) en la articulación de la rodilla. El LCC se puede afectar de dos maneras: una rotura completa del ligamento que da lugar a evidente inestabilidad de la articulación, mientras que la rotura parcial da lugar a una inestabilidad menos manifiesta. Esta patología puede estar asociada a enfermedades articulares inflamatorias sistémicas.

Esta inestabilidad articular da lugar a cambios degenerativos de la articulación en pocas semanas y cambios severos en pocos meses, los cuales están relacionados con el tamaño (peso) del animal, de manera que los animales de mayor peso muestran los mayores cambios, y la edad, volviéndose estos cambios peores con la edad.

Pero, ¿cómo se puede romper este ligamento?
Imaginemos a nuestro querido perro corriendo alegremente y que de repente mete una de sus miembros posteriores en un agujero, ¿qué ocurre?, pues que la pierna en cuestión sufre una hiperextensión que hace que el LCC se rompa, recordemos las funciones del LCC.

Ahora imaginemos a nuestro can corriendo en terreno firme y que gira rápidamente hacia el exterior sobre una pierna con la articulación flexionada, ¿qué pasa?, pues que al girar bruscamente se produce una rotación interna de la tibia de tal magnitud que puede provocar la ruptura del LCC.

Ya tenemos roto el LCC de nuestra mascota pero, antes de llegar a los síntomas, he de decir que esta estructura no es la única que se daña, ya que la ruptura del LCC suele ir acompañada de lesión en el cuerno caudal del menisco medial y en ocasiones de luxación de rótula (especialmente en razas toy).

Y, ¿qué sintomas presenta un perro con RLCC?. Pues depende de si se trata de un proceso agudo o crónico.

El proceso agudo se observa en el perro activo, por lo general joven y sano, como el inicio súbito de una cojera sin apoyo de peso en el miembro afectado durante un ejercicio violento. La rodilla puede desarrollar un derrame y se puede palpar u observar una distensión capsular (efusión articular). El perro permanece sin apoyar el peso durante al menos una semana (2-3 semanas) y luego empieza a utilizar la extremidad más y más cada vez durante varios meses hasta que aparece un descenso súbito en el uso de la extremidad debido a los daños secundarios en el menisco, de manera que la cojera puede recurrir, presentándose como una cojera aguda relacionada con el ejercicio o, a veces, sin razón aparente. Se puede oir o notar un sonido de chasquido o de detonación durante el movimiento de la rodilla. Simultáneamente se presentan los cambios degenerativos de la articulación.

El proceso crónico se observa por lo general en perros viejos con un exceso de peso o en perros con deformaciones de la rodilla de larga evolución. Estos
animales por lo general no apoyan el peso o lo hacen de forma parcial durante un periodo mucho más prolongado que los animales con un síndrome agudo. Con frecuencia, la otra extremidad posterior se afecta y se produce una cojera bilateral de las extremidades posteriores. La lesión del menisco como resultado de inestabilidad de la rodilla se observa también en este grupo. En estos animales los tejidos periarticulares se vuelven delgados y fibróticos con una capacidad de extensión limitada.

En un periodo más largo, la sección de este ligamento conduce a una atrofia de los músculos, a un déficit de extensión de la rodilla, a un engrosamiento de la cápsula articular y a una formación progresiva de osteofitos alrededor de los márgenes articulares.

¿Cómo se diagnostica esta patología?

El diagnóstico se hace en base a la historia clínica, sintomatología, exploración física y radiografías.

La anamnesis típica de un paciente que nos llega a la consulta con rotura del ligamento cruzado anterior es la de una cojera de aparición brusca que va mejorando con el tiempo, sin llegar a curar. En la estación, el animal normalmente desplaza la extremidad, en ligera abducción, hacia atrás, apoyándola sobre la punta de los dedos.
En los casos en los que la lesión se haya producido hace cierto tiempo, el animal cojeará debido a la degeneración articular secundaria que se va produciendo como consecuencia de la inestabilidad articular.

En la exploración física podemos encontrar distensión articular, en los procesos agudos, con aumento del líquido sinovial apreciable principalmente en la zona medial al tendón rotuliano. Los movimientos articulares son dolorosos, manifestándose más al realizar la hiperextensión de la rodilla. En casos de rotura del ligamento cruzado anterior crónicos se puede apreciar atrofia de la musculatura de la región femoral.

En la exploración física debemos realizar varias pruebas para comprobar manualmente la posibilidad de desplazar la tibia en dirección craneal. En algunos casos, la realización de estas pruebas es necesario efectuarla con el animal sedado o incluso anestesiado, ya que la manipulación puede ser dolorosa. Para realizarlas colocaremos el animal en decúbito lateral con la extremidad afectada hacia arriba. Existen dos pruebas para diagnosticar la RLCC, el movimiento de cajón anterior y el test de compresión tibial.

Para la realización de la prueba del cajón anterior situaremos el dedo índice de una mano encima de la rótula, el dedo pulgar presionando el cóndilo lateral del fémur y el corazón en el cóndilo medial del fémur; con la otra mano fijaremos la tibia, colocando el dedo índice en la cresta tibial, el dedo pulgar en la cabeza del peroné y el dedo corazón en el cóndilo medial de la tibia. De esta manera, utilizando los dedos a modo de pinza, y con la extremidad en semiextensión, intentaremos realizar un desplazamiento craneal de la tibia con respecto fémur. Es importante no realizar la prueba en extensión total, dado que en esta postura los ligamentos colaterales se tensarán, estabilizando la articulación. Este movimiento se hace manifiesto únicamente en caso de que el ligamento cruzado anterior se encuentre lesionado. Es conveniente realizar la valoración de la integridad de LCC en la otra rodilla, con el fin de comparar si el grado de movimiento es fisiológico. Este moviento de cajón anterior puede ser imperceptible en casos crónicos y escaso en el caso de rupturas parciales.

En el test de compresión tibial sujetaremos con una mano la rodilla, colocando el dedo índice por encima de la rótula hasta tocar con la yema del dedo la cresta tibial. Con la otra mano, manteniendo la extremidad en semiextensión, realizaremos flexiones del tarso. Al realizarse esta flexión, la tensión que se produce en el
músculo gastrocnemio empuja la tibia en sentido craneal, por lo cual apreciaremos este desplazamiento con el dedo situado encima de la cresta tibial, en caso de que exista RLCC. Esta prueba es más fácil de realizar en caso de animles de gran
tamaño o que, en el momento de la exploración, no relajen adecuadamente el miembro.

Otro aspecto en el que nos podemos fijar es en el llamado salto de Finochietto. Para ello debemos realizar flexiones y extensiones de la articulación, apreciando un chasquido, producido por el desplazamiento del cuerpo caudal del menisco medial, en caso de que éste se encuentre lesionado. Este chasquido no siempre es apreciable, pese a que exista lesión del menisco. También podemos apreciar el salto de Finochietto al realizar el movimiento de cajón anterior.

En la exploración de la rodilla de un paciente con RLCC podemos apreciar un incremento de la rotación en sentido medial de la tibia, la cual es de aproximadamente 30º en una articulación normal. Esto se debe a la disposición anatómica del LCC, una de cuyas funciones es la de limitar la rotación interna de la tibia.

En la exploración radiográfica podremos apreciar la presencia de osteofitos (indicativos de osteoartrosis), sobre todo en la región supratroclear, en la rótula y en los márgenes de la tibia y el fémur.

En una articulación normal, en una proyección lateral, la almohadilla grasa tiene forma triangular, es radio-opaca, extendiéndose desde la parte distal de la rótula a la tibia y llegando al cóndilo femoral. En caso de RLCC esta almohadilla no llega al cóndilo femoral y el triángulo es menor. Además caudal a la almohadilla podemos observar un aumento de la densidad de tejido blando debido a fluido o fibrosis de la almohadilla grasa.

Si hay lesión de menisco podemos encontrar desplazamiento craneal de la tibia respecto al fémur, incluso en radiografías sin estrés (en una radiografía de un animal normal, en una posición neutra, podemos trazar una línea vertical que va desde la fabela del fémur hasta la cabeza del peroné; sin embargo, en un animal con RLCC esta línea vertical no tocará la cabeza del peroné.

En ocasiones podemos encontrar fracturas por avulsión, principalmente en animales jóvenes.

También es conveniente la realización de una radiografía ventrodorsal de la articulación de la cadera contralateral, semejante a la que se realiza para el diagnóstico de displasia, ya que es muy frecuente que la articulación coxofemoral de la extremidad opuesta a la que sufre la RLCC muestre signos de artrosis. La lesión del ligamento cruzado es consecuencia, en estos casos, del mayor trabajo al que se ve sometida la articulación de la rodilla de un miembro para aliviar el dolor de la articulación del miembro opuesto.

En cuanto al tratamiento lo podemos dividir en dos vertientes, que no desarrollaré porque me puedo tirar años (sobre todo con las técnicas quirúrgicas....gracias Slocum y cía).

Por un lado tenemos el tratamiento conservativo que no suele dar resultado y no detiene el progreso de la patología a enfermedad articular degenerativa y, que en caso de dar resultado, sólo lo hace en animales de menos de 15-20 kg tras 2 meses de reposo forzado. Así que no tiene sentido explicarlo, además el tratamiento quirúrgico debe ser el de elección para esta enfermedad.

Las opciones quirúrgicas (creo que es la patología que más opciones de tratamiento quirúrgico tiene) las podemos dividir en dos grupos, las técnicas extracapsulares y las técnicas intracapsulares y debemos seleccionar el paciente adecuado para cada técnica en función del peso del animal, nivel de actividad y capacidad del propietario para manejar a su mascota. En todos los casos, independientemente del grupo al que pertenezca la técnica que vayamos a realizar, debemos abrir la articulación para eliminar los restos de LCC y comprobar la integridad de los meniscos. Sólo voy a nombrar algunas de las técnicas, para más información sobre ellas consultad los libros.

Técnicas extracapsulares:
Imbricación capsular (se debe combinar con otras técnicas)
Técnica retinacular (DeAngelis)
Técnica modificada de imbricación retinacular
Transposición de la cabeza del peroné
Técnicas intracapsulares:
Técnica de Paatsama
Técnica "over the top"
Técnica "under and over"
Osteotomía en cuña de la tibia (Tibial Wedge Osteotomy), consiste en cortar una cuña de la parte proximal de la tibia, para nivelar la meseta tibial y que desaparezca el empuje craneal.
Osteotomía de nivelación de la meseta tibial (Tibial Plateau Leveling Osteotomy): con esta técnica se cambia la mecánica de carga del fémur sobre la tibia, al cortar con una sierra semicircular un trozo de tibia proximal y rotarlo de manera que disminuya la angulación de la meseta tibial disminuyendo el empuje craneal.
Adelantamiento de la tuberosidad tibial (Tibial Tuberosity Advancement), consiste en avanzar la tuberosidad tibial cambiando el ángulo del tendón rotuliano, neutralizando el empuje craneal.

Para más información podeis preguntarme o buscar en los libros, lo que preferais. Muchas gracias por leer y comentar.....saludos!!

10/25/2009

Que gracioso mi perrito cuando arrastra su culito


Un conjunto de problemas bastante frecuentes y en ocasiones ignorados son los relacionados con las glándulas circumanales del perro y, enmucha menor medida, del gato. ¿Cuantas veces hemos visto a un perro arrastrando "el culo"?. A mucha gente le hace gracia esta situación, otros lo ven como si el perro se estuviese limpiando, e incluso hay gente que considera que el perro tiene "lombrices" (recordemos que Enterobius vermicularis, es decir la lombricilla blanca que suelen tener los niños cuando son pequeños causa un gran prurito anal especialmente por la noche por la salida de las hembras a la zona perianal, puesta de huevos en ella y muerte con liberación de enzimas).

Pero esta graciosa actitud puede esconder un problema que puede dar lugar a una situación complicada denominada enfermedad de las glándulas circumanales y desembocar en una cirugía.

Las glándulas anales son sacos que se localizan a ambos lados del ano y se cree que están relacionadas con las marcas de territorio junto con la orina. Estas glándulas suelen vaciarse de forma natural con el movimiento intestinal pero a veces puede que estén irritadas debido a una impactación o la presencia de abscesos. Los perros son mas propensos a sufrir este problema que los gatos, que normalmente arrastran el trasero por el suelo para aliviar los síntomas.

Bajo la denominación de "enfermedad de las glándulas circumanales" podemos encuadrar tres patologías distintas:
Impactación del saco anal: Consiste en la retención de las secreciones de las glándulas circumanales, siendo un proceso relativamente frecuente en el perro.
Saculitis anal: Es la inflamación/infección de las glándulas circumanales.
Formación de abscesos: Rotura de las glándulas circumanales secundaria a la obstrucción del conducto o estasis (estancamiento) de las secreciones e infección secundaria.

La etiología (causa) de la enfermedad no se conoce muy bien, aunque se relaciona con los cambios de la capacidad para vaciar las glándulas circumanales con normalidad. Están implicados factores medioambientales y dietéticos, como por ejemplo una dieta rica en grasas que produce heces sueltas. Existe una predisposición racial, siendo más frecuente en razas pequeñas, en especial en los caniches y los chihuahuas. Un conducto demasiado pequeño conduce a la obstrucción de estas glándulas. También puede estar implicada una disfunción del esfínter anal externo, una hipersecreción de las glándulas circumanales posiblemente relacionada con seborrea (exceso de producción de grasa), cambios en las características de las secreciones y diarrea crónica.

Las secreciones retenidas producen una respuesta inflamatoria de las glándulas circumanales, produciéndose una proliferación bacteriana en las secreciones retenidas.

El intenso prurito que se produce da lugar a que los animales se laman o muerdan la región de la base de la cola, además se frotan el ano contra el suelo para aliviar el picor. Estos dos síntomas son los primeros que notan los dueños de los animales. Además se puede presentar malestar o rechazo a sentarse

El proceso puede evolucionar a saculitis anal o formación de abscesos en las glándulas circumanales, esto puede producir tenesmo, dolor o rechazo a defecar. Además puede haber enrojecimiento y/o inflamación alrededor de la zona del saco anal. Si el proceso evoluciona puede aparecer un trayecto fistuloso que comunique las glándulas con el exterior. Este último punto es muy importante, especialmente en verano y en animales que vivan en el campo o al aire libre, ya que propicia la puesta de huevos de mosca en estas heridas y la aparición de un nuevo problema llamado "miasis", por cierto nada agradable de ver, ya que las larvas de la mosca se mueven y al menos a mi me parecen bastante repulsivas.

Los signos clínicos suelen localizar la enfermedad en la zona perianal o, específicamente, en los sacos anales. La exploración física revela las glándulas circumanales firmes y dilatadas, siendo difícil exprimir el contenido que es espeso y pastoso (y muy muy muy muy maloliente). En el caso de que haya saculitis anal el material exprimido será sucio, purulento y/o sanguinolento, pudiendo estar la piel de alrededor enrojecida y dolorosa a la palpación. En caso de abscesos puede haber presencia de una herida abierta o un conducto de drenaje que comunique con el exterior. Se debe hacer un diagnóstico diferencial con neoplasias de las glándulas circumanales, fístula perianal, traumatismo perianal e infecciones del tracto urinario o perivulvares en hembras.

El tratamiento (primera vez que incluyo este apartado en el blog) depende del proceso de que se trate.

En el caso de impactación se exprimen las glándulas circumanales apretando la piel de alrededor o por compresión interna insertando un dedo dentro del recto, si no se tiene éxito debe considerarse la sedación para facilitar el tratamiento ulterior. Si las secreciones están muy espesas se puede instilar suero salino o aceite mineral para ablandarlas antes de exprimirlas. Se deben limpiar las glándulas con una solución salina o antiséptica (povidona yodada al 0,1% o clorhexidina al 0,05-0,1%). Si las secreciones siguen siendo espesas o la impactación es recurrente puede ser necesario realizar una saculectomía anal.

Si existe saculitis anal se deben exprimir manualmente las glándulas circumanales cada 5-7 días durante 3 ó 4 tratamientos, por lo general se requiere sedación debido al dolor. Se debe irrigar con una solución antiséptica como la mencionada anteriormente, pero sólo después de haber tomado muestras para realizar el cultivo y el antibiograma, en especial si la infección es recurrente. Pueden instilarse soluciones antibióticas dentro de los sacos anales después de la irrigación. Se administrarán antibióticos por vía oral durante 10-14 días y debemos enseñar al propietario a aplicar compresas calientes dos veces al día durante 5-7 días. Puede ser necesario realizar una saculectomía anal, especialmente si las expresiones repetidas, la limpieza y las instilaciones de antibióticos no han tenido éxito para controlar la impactación o la infección de la glándula.

Si se han formado abscesos se tiene que punzar el absceso y exprimir el saco anal rectalmente si no se produce erupción y drenaje espontáneos, todo esto bajo sedación fuerte o anestesia. Si el absceso se ha roto hay que canalizar el trayecto y limpiar bien la zona con una solución antiséptica. Es ideal obtener muestras para cultivo y antibiograma, pero también puede realizarse un tratamiento empírico con antibióticos de amplio espectro, sobre todo si es la primera vez que se produce. Debemos enseñar al propietario a aplicar compresas calientes dos veces al día durante 5-7 días. También debemos irrigar la cavidad del absceso con soluciones antisépticas dos veces al día durante 3-5 días, o más tiempo si la herida sigue abierta o persiste la descarga. Si el absceso es recurrente debemos considerar la opción de realizar saculectomía anal cuando se cure el absceso, recomendándose la saculectomía anal bilateral incluso si sólo parece afectado un lado.

La impactación y la inflamación de las glándulas circumanales suele recurrir. Si el animal tiene predisposición a la recurrencia es importante exprimir las glándulas a intervalos regulares cosa que deberíamos hacer los propietarios y para ello nos tiene que enseñar nuestro veterinario a hacerlo, ya que la salud de nuestra mascota depende tanto del veterinario como de nosotros. Un cambio en la dieta que permita una consistencia más normal de las heces puede ayudar a controlar la impactación, pudiendo ser útil cambiar de una dieta de lata a una dieta seca o baja en grasa. La incontinencia fecal es una posible complicación de la saculectomía anal, especialmente cuando es bilateral.

Espero no haberme enrollado mucho y no haber sido muy pedante y ya sabeis, cuando veais a un perrito que arrastra insistentemente sus posaderas a él no le hará tanta gracia la situación como a nosotros.....saludos y gracias por leer.

10/04/2009

Leishmaniosis


Foto: mapa de la prevalencia de la Leishmaniosis en España

Primera actualización que hago desde Finlandia y toca un hueso bastante duro y que daría para un libro, de hecho los hay.

Una de las enfermedades de los perros a la que más temor tenemos los propietarios de estos es la Leishmaniosis (últimamente han salido estudios demostrando que también se da en gatos, sobre todo en zonas donde la prevalencia de la enfermedad es muy elevada, como Brasil).

Esta enfermedad está provocada por un protozoo parásito perteneciente al género Leishmania, en la cuenca mediterránea la enfermedad la produce la especie Leishmania infantum.

Los parásitos de este género se localizan en el interior de células del sistema mononuclear fagocítico, principalmente macrófagos, del hospedador vertebrado (perro, gato, hombre, zorro,...), en los que la Leishmania se divide hasta que los destruye. Como la función de los macrófagos es la de fagocitar y destruir a microorganismos patógenos, el resultado de la infección es una inmunodepresión que puede predisponer a otras infecciones.

La distribución de la enfermedad es mundial, siendo una causa frecuente de enfermedad en el perro y menos frecuente en el gato. Además es una zoonosis (enfermedad que puede transmitirse de los animales al hombre), estando considerada por la OMS como una de las 5 zoonosis más importantes, de hecho la OMS recomendaba el sacrificio de los perros afectados con Leishmania para evitar el contagio al hombre.

Los perros y gatos infectados sirven como reservorio de la enfermedad para otros perros y para las personas y, en muchas ocasiones los animales pueden portar esta enfermedad de forma crónica e insidiosa sin manifestaciones clínicas, lo que imposibilita su diagnóstico y favorece el mantenimiento y la transmisión de la enfermedad a otros animales y al hombre.

Estos protozoos tienen un ciclo indirecto, de manera que necesitan de la presencia de un hospedador intermediario que los transporte de un perro/gato a otro perro/gato o persona, este hospedador intermediario es un mosquito perteneciente al género Phlebotomus (P. Perniciosus) en el Viejo Mundo y al género Lutzomyia en el Nuevo Mundo. De manera que el mosquito cuando succiona la sangre de un animal infestado ingiere también a estos parásitos, los cuales experimentan una serie de transformaciones (que no voy a explicar)en el mosquito, el cual cuando vuelve a picar a otro animal o persona para ingerir sangre inocula los parásitos. Como dato curioso, sólo las hembras de estos mosquitos actúan como vectores de la enfermedad.

Una de las claves de la prevención esta enfermedad es la lucha contra su vector. Los flebotominos son mosquitos pequeños con alas peludas y de hábitos nocturnos, que requieren para su desarrollo temperaturas de entre 15 y 20º C, una humedad ambiental relativamente alta y materia orgánica suficiente para el desarrollo de las formas larvarias. Se localizan en numerosos hábitats debido a su capacidad de adaptación, lo que hace que se puedan desarrollar en microhábitats que hacen que la enfermedad sea endémica de ese lugar (como por ejemplo la zona del Brillante en Córdoba). La época de vuelo y, por tanto, la época de riesgo para contagio son los meses de Abril a Noviembre y en especial de Julio a Septiembre.

¿Cómo podemos luchar contra los mosquitos y de paso prevenir la enfermedad?. Pues de diferentes maneras, manteniendo alejado a nuestra mascota de zonas húmedas, piscinas, charcas; poniendo mosquiteras en las ventanas en caso de que viva dentro de casa, usando insecticidas o repelentes de mosquitos (y otros insectos). Existen diferentes productos repelentes, una medida muy eficaz es el uso de collares impregnados con sustancias que repelen al mosquito en un porcentaje superior al 90%, evitando su picadura (no voy a decir marcas, ya que no me pagan las comerciales jejejejeje).

Pero, ¿qué signos presenta un animal con Leishmaniosis?

Los signos clínicos pueden presentarse en un periodo de tiempo de tres meses a siete años después de la infección. La Leishmaniosis suele ser una enfermedad sistémica crónica en los caninos. Los signos clínicos son muy variables, dependiendo del tipo de respuesta inmune que se ponga en marcha, y a menudo se inician con una somnolencia ligera pero progresiva e intolerancia insidiosa al ejercicio.

Entre el 70-90% de los perros afectados presenta lesiones cutáneas. Estas lesiones son más generalizadas que locales, ya que la Leishmania se disemina por todo el cuerpo. Estas anormalidades dermatológicas pueden ocurrir sin otros signos de enfermedad, pero debe suponerse que cualquier animal con manifestaciones cutáneas de Leishmaniosis tiene una afección visceral ya que los parásitos suelen diseminarse por todo el cuerpo antes de que aparezcan las lesiones en piel. En una primera fase encontramos alopecia progresiva y simétrica con zonas de descamación seca e intensa que suele iniciarse en la cabeza y extenderse al resto del cuerpo, siendo más visible en zonas de relieves óseos, zona periorbital y de la oreja. Conforme avanza el proceso aparece una dermatitis nodular, ulcerativa o pustular. Algunos pacientes presentan ulceraciones en la nariz, las orejas, las hendiduras del hocico o en las almohadillas podales principalmente como consecuencia de la vasculitis. Con menor frecuencia se observan úlceras muco-cutáneas, nódulos cutáneos y erupciones pustulosas.

La proliferación de linfocitos B, células plasmáticas, histiocitos y macrófagos junto con la atracción de eosinófilos da lugar a una linfadenomegalia generalizada y, en ocasiones, a hepatoesplenomegalia e hiperglobulinemia persistente.La linfadenomegalia se presenta en el 60-90% de los perros, siendo fácilmente palpable los nódulos linfáticos poplíteos, supraescapulares y submandibulares.

Alrededor de un 35% de los perros presentan alteraciones oculares, entre las que encontramos conjuntivitis serosa a mucopurulenta, queratoconjuntivitis y uveítis linfoplasmática o granulomatosa. Entre un 20-40% de los animales afectados presenta las uñas anormalmente largas o frágiles, esto se conoce como onicogrifosis.

Los perros con Leishmaniosis pueden mostrar signos de una diátesis hemorrágica, sobretodo con epistaxis (sangrado nasal,15% de los casos) unilateral o bilateral. Esto se debe a las úlceras nasales y a otras causas.

Los signos más comunes de afección visceral son la pérdida de peso y la atrofia muscular. Algunos perros pierden peso a pesar de tener un apetito normal, pero la pérdida importante de condición suele acompañarse de anorexia y otros signos de insuficiencia renal como la depresión mental, poliuria (aumento del volumen de orina emitida), polidipsia (aumento del volumen de agua ingerida) y vómitos, pudiendo ocurrir diarrea pasajera. Estos signos renales se deben a la glomerulonefritis por depósito de inmunocomplejos en los glomérulos renales, lo que da lugar a insuficiencia renal. Esta insuficiencia renal es la principal causa de muerte en perros con Leishmaniosis.

La disminución de la actividad física es obvia en casos de enfermedad manifiesta y se acompaña de somnolencia, menor resistencia y alteraciones de la locomoción. Estas alteraciones de la locomoción se pueden deber a neuralgia, poliartritis por depósito de inmunocomplejos en articulaciones, polimiositis, hendiduras en la almohadilla podal, úlceras interdigitales e incluso lesiones osteolíticas o periostitis proliferativa.

La temperatura corporal suele ser normal o subfebril y puede fluctuar. La inmunosupresión que se origina promueve la concurrencia de otras infecciones, por lo que el cuadro clínico se puede complicar por una demodicosis, pioderma, afección gastrointestinal, neumonía, etc. Otras manifestaciones menos frecuentes que se reportan abarcan taponamiento pericárdico, colitis crónica, pénfigo y poliartritis. También se produce una trombosis como resultado del síndrome nefrótico causado por la glomerulonefritis.

La Leishmaniosis pasa por tres fases. En una fase inicial aparece postración, depresión, apatía, astenia, anorexia, zonas alopécicas y de descamación, linfadenomegalia generalizada y epistaxis. A continuación se presenta un periodo patente en el que hay pérdida de peso, linfadenomegalia aún más evidente, afecciones oculares (conjuntivitis serosa, mucosa o mucopurulenta), epistaxis más frecuente y patente y alteraciones cutáneas más evidentes (aparecen úlceras en la piel). Por último se llega a una fase terminal en la que aparecen alteraciones en la locomoción, de manera que al animal le cuesta moverse, el animal está caquécticoy presenta una insuficiencia renal que da lugar a procesos muy dolorosos, además es más susceptible de sufrir infecciones secundarias debidas a la inmunosupresión. Por lo general lo primero que notan los dueños es que su animal está apático y más delgado.

No voy a abarcar el tema de las lesiones que ocasiona el parásito en el animal ni del diagnóstico para no alargar esto hasta la extenuación y por el motivo que ya sabeis....el obejetivo del blog es servir de ayuda a los propietarios.

El pronóstico depende sobre todo del estado de la función renal al inicio del tratamiento. El pronóstico en perros con insuficiencia renal importante es muy malo. Los pacientes sin insuficiencia renal tienen un 75% de posibilidades de sobrevivir más de 4 años con una buena calidad de vida después del tratamiento con antimoniato meglumine de 3 a 6 semanas. El problema de usar antimoniato de meglumine es que se afecta la función renal, problema solventado con la aparición de un nuevo fármaco en el mercado.


¿Qué debo hacer si sospecho que mi perro tiene Leishmaniosis?
Pues llevarlo a su veterinario lo antes posible. En muchas ocasiones la gravedad del proceso no está relacionada con las manifestaciones clínicas que se observan, por lo que se debe requerir un completo examen clínico para conocer el estado general de su mascota y, en función de éste, considerar la posibilidad del tratamiento. No debemos dejar evolucionar el proceso, ya que supone un importante riesgo no sólo para la salud de su mascota, sino como fuente de transmisión de la enfermedad a otros animales o incluso a nosotros. A veces, la decisión más apropiada no es otra que el sacrificio humanitario de la mascota.

¿Se puede curar la leishmaniosis canina?
Desafortunadamente, los fármacos disponibles en la actualidad frente a la leishmaniosis canina no llegan a producir la curación definitiva. Sin embargo, la mayoría de los casos, salvo aquallos que presentan graves complicaciones renales o hepáticas, tienen una buena respuesta a la terapia y alcanzan la remisión clínica. Estos períodos de remisión tienen una duración variable, presentándose a continuación, en la mayoría de los casos, fases de recaídas que pueden ser, si no evitadas, al menos controladas.

Los fármacos que se emplean actualmente son leishmaniostáticos, es decir, detienen el crecimiento del parásito y lo eliminan de la circulación sanguínea periférica, pero este sigue acantonado en el interior de animal, de manera que no son 100% eficaces (no eliminan al parásito y no recuperan al animal), pero conseguimos que el animal deje de ser infectante para otros perros y para el hombre.

Además debemos tener en cuenta el peligro epidemiológico que entraña tener a un animal con Leishmaniosis, de la escasa eficacia del tratamiento, de la alta probabilidad de recidivas y de que el tratamiento es costoso, largo y tedioso.

La respuesta a la terapia tanto a corto, medio y largo plazo es mucho más favorable cuando ésta se instaura en fases tempranas de enfermedad, lo que hace sumamente importante el haber efectuado un diagnóstico precoz.

Durante la administración del tratamiento, en algunas ocasiones, pueden presentarse efectos secundarios por lo que se precisa de una adecuada atención veterinaria. Igualmente, el control clínico es necesario para establecer la correcta duración de la terapia, en función de la respuesta individual de cada paciente.

¿Mi perro supone un riesgo y puede llevar una vida normal?
Tras la administración de una terapia adecuada y alcanzada la remisión clínica, los protozoos que resisten al tratamiento quedan acantonados en órganos internos, por lo que el riesgo de transmisión es mínimo y prácticamente inexistente si se adoptan las medidas profilácticas adecuadas para evitarla.

Durante los períodos de remisión las mascotas pueden llevar una vida perfectamente normal sin que suponga un mayor motivo de preocupación para su propietario.

Una alimentación inadecuada, situaciones de estrés, esfuerzo, debilidad y padecimiento de otros procesos condicionan la capacidad de respuesta del organismo, actuando como factores de riesgo para que se produzca la reagudización del proceso. El mantener un buen estado general, sanitario y nutricional del animal permite obtener la mejor evolución post-tratamiento.

¿Cómo podemos prevenir las recaídas?
Mediante control veterinario, con la realización de análisis clínicos podemos detectar las recaídas, incluso antes que reaparezcan los síntomas.

¿Cómo se puede prevenir la enfermedad?
Ante la ausencia de vacunas efectivas frente a la leishmaniosis canina, todas las medidas profilácticas van encaminadas a interrumpir la cadena epidemiológica de esta zoonosis a distintos niveles: lucha antivectorial y protección de la población sana susceptible.

Los principales objetivos de la lucha antivectorial son reducir el número de vectores y evitar su picadura. Para ello, se adoptarán toda una serie de medidas ambientales, encaminadas a eliminar los hábitats ideales para el desarrollo de los flebotomos, tapando oquedades de los árboles y grietas de las paredes y suelos, limpiando de hojarasca y de otros restos de materia orgánica nuestro entorno, evitando la cercanía a charcas y zonas húmedas, etc.

En las épocas de mayor actividad de los flebotomos, se emplearán, de forma racional, insecticidas según principio activo, forma de presentación, etc., tanto en ambientes interiores, como en los ambientes exteriores que sospechemos puedan ser lugares de reposo de estos insectos. Además, en caso de que el animal viva en el interior, podemos colocar mosquiteras en las ventanas para evitar que el mosquito entre en la casa.

Pueden ser igualmente utilizados insecticidas (y/o repelentes) en forma de sprays, lociones, champús, collares, etc., formulados específicamente para ser aplicados directamente sobre los animales o las personas.

Por último, otra medida importante, que podría ser considerada como profiláctica, es controlar una o dos veces al año a nuestros perros, así como a todos aquellos perros de nueva incorporación, con el fin de poder establecer, precozmente, el diagnóstico en el caso que se produzca la infección.

9/21/2009

Enfermedad del tracto urinario inferior felino (FLUTD) o síndrome urológico felino (FUS)



Antes de comenzar quiero pedir perdón por no actualizar en un mes y medio, pero durante este tiempo he estado en Inglaterra, dos semanas en la playa y estudiando para al final poder decir....Ya no soy un alumno de quinto de Veterinaria, ya soy un Veterinario rumbo a Helsinki para aprender más de este maravilloso mundo que es la Medicina Veterinaria.

Bajo el nombre de FLUTD ó FUS se agrupan varias patologías que afectan al tracto urinario inferior del gato, como por ejemplo cistitis idiopática felina, urolitiasis, tapones mucosos en la uretra, infección del tracto urinario, etc.

Esta enfermedad es la más importante del tracto urinario inferior del gato, aunque tan sólo afecta aproximadamente al 1% de la población felina. El que afecte a un porcentaje tan reducido de la población felina no es motivo para restarle importancia a esta enfermedad, de hecho de los 4 casos que he seguido de esta enfermedad a lo largo de mis años de prática en clínica 3 acabaron en muerte del animal. Claro que, la mayoría de las veces, los dueños llevan a los gatos al veterinario cuando sólo un milagro puede salvarlos (me acuerdo de Golfo, un gato persa, que hace tres años llevaron a la clínica en la que hacía prácticas, los dueños dijeron que llevaba una semana sin orinar y que esa mañana no se movía, efectivamente el gato llegó en estado de estupor, con el pelo asqueroso y con un olor de boca a urea que, además de indicar intoxicación urémica, echaba para atrás....no se pudo hacer mucho por él).

Un consejo, los gatos son muy independientes, no suelen mostrar signos de enfermedad hasta que ésta no está avanzada, pero requieren muchos cuidados: debeis mantener su cuenco de comida y agua siempre lleno (un gato que pase varios días sin comer puede desarrollar lipidosis hepática), debeis vigilar que orinen todos los días, cómo lo hacen y dónde lo hacen (ver si lo hacen en su cajita o en un lugar extraño, la postura que adoptan al orinar, si lo hacen con dificultad, si sangran al hacerlo, si maullan.....). Y una vez más, el primer signo de que algo no va bien en un gato es que deja de lamerse.

Volviendo al tema de hoy, podemos distinguir dos tipos de FLUTD:

El tipo obstructivo: más frecuente en los machos, debido a que presentan en su uretra un estrechamiento (flexura pélvica) que hace que sea más fácil que una "piedra" la obstruya.

El tipo no obstructivo: que se presenta de igual forma en machos y en hembras.

Entre los factores que favorecen la presencia de la enfermedad encontramos:

Alimentación: Se ha sugerido que la dieta seca puede ser un factor para la formación de cálculos. Está relacionada con el nivel de cenizas y recientemente con la concentración de magnesio, fósforo y con la sequedad del alimento. Tanto el magnesio como el fósforo forman parte de los cristales de estruvita. Por lo tanto, es aconsejable mantener los niveles de estos minerales en la comida lo más bajos que sea posible. Por otro lado, la comida que ingiere el gato influye el en pH de la orina, si el pH es alcalino habrá tendencia a formarse cristales de estruvita, mientras que los cristales de oxalato cálcico requieren un pH más ácido. Por lo tanto, debemos alimentar al gato con una comida que favorezca el desarrollo de un pH urinario adecuado.

Idiosincrasia: sobrepeso, inactividad, un estilo de vida interior, una ingesta reducida de agua e incluso las bandejas de arena sucias

Edad: el grupo de mayor incidencia va de 2 a 7 años.

Sexo: Como la uretra en la hembra es más corta y ancha, no suele obstruirse. Por lo tanto en la hembra generalmente el síndrome corresponde a litiasis vesical con cálculos grandes. La morbilidad y mortalidad es mucho mayor en el macho por la obstrucción, ya que su uretra es más larga y estrecha.

Castración: Las estadísticas informan que los machos castrados tienen mayor prevalencia de la enfermedad. Esto se debe a la disminución de la actividad física que se produce en animales castrados, lo que favorece la sedimentación de los cristales. Sí, una de las desventajas de la castración en gatos machos es esta, pero esto se soluciona aportando un adecuado nivel de actividad al gato que dificulte la sedimentación de cristales de manera que no se formen "grandes piedras" que causen obstrucción y con una alimentación adecuada (existen piensos específicos para gatos/as castradas que reducen la incidencia de esta enfermedad en estos animales)

Sedentarismo: Los gatos sedentarios y/o obesos son los más afectados, ya que se favorece la sedimentación de los cristales, la solución en el párrafao anterior

Raza: Willeberg en 1984 concluyó que los gatos siameses tenían menos riesgo, mientras que los gatos de raza persa tenían una mayor predisposición. Jones y colaboradores observaron una mayor incidencia en gatos de pelo largo, pero no en los de pura raza.

Estrés: Se ha postulado como causa de variadas enfermedades y esta no sería la excepción. Cambios de territorios, ausencia de propietarios, presencia de personas o animales ajenos a la casa, cambios de dieta, etc.

El biotipo de un gato con FLUTD sería el de un gato macho, castrado, de entre 2 a 7 años de edad, con sobrepeso, dieta seca, escasa ingesta de agua, bajo nivel de actividad física, susceptible al estrés, limpio, ya que no orina en una caja sucia, y que suele comerse toda la ración de una vez no en ingestas escasas pero frecuentes.

Pero, ¿cómo podemos saber o reconocer si nuestro gato/a presenta esta enfermedad?, aparte de lo mencionado sobre el auto-lavado del gato/a, al principio este síndrome se caracteriza por la aparición de disuria (emisión difícil, dolorosa e incompleta de la orina) que reconoceremos por la postura característica adoptada por el gato (ver dibujo del inicio), posibles maullidos de dolor y el orinar gotita a gotita; polaquiuria (caracterizada por el aumento del número de micciones durante el día, que suelen ser de escasa cantidad y que refleja una irritación o inflamación del tracto urinario); micción en lugares no habituales (debemos distinguirlos de problemas de comportamiento) y hematuria (sangre en la orina).

Es fundamental poder reconocer los signos típicos e incluso los cambios de comportamiento más sutiles, que pueden ser reflejo de un problema serio. Los gatos/as con esta patología al ir a orinar adoptarán una postura anómala con la espalda arqueada, los músculos del tercio posterior tensos, la cabeza ligeramente inclinada hacia abajo, las extremidades anteriores en posición vertical, las patas traseras más extendidas, las rodillas más adelantadas, el cuerpo encorvado y el animal puede maullar de dolor (ver de nuevo el dibujo del inicio, jejeje).

Una de las complicaciones que puede presentar esta enfermedad es insuficiencia renal aguda, que puede dar lugar a la muerte del animal. Además, en la forma obstructiva, al no poder vaciarse el contenido de la vejiga de la orina, la urea comienza a pasar a sangre, dando lugar a una intoxicación urémica que deprime el sistema nervioso del animal.

Así que ya sabeis, cuando veais a un gato orinando como el del dibujo, no espereis una semana a llevarlo al veterinario. El protocolo de actuación del veterinario (diagnóstico y posibles tratamientos) me lo salto, porque este blog se dirige más bien a los propietarios, para que sepan reconocer los posibles problemas de su animal y llevarlos al veterinario de la manera más rápida posible.

¿Qué podemos hacer para evitar la aparición de este problema?
Si nuestro gato/a está castrado/a, deberemos proporcionarle un pienso adecuado a su nuevo estado, además de motivarlo a realizar ejercicio. esto último debería hacerse aún en el caso de que el animal no estuviese castrado para evitar la obesidad. Tener agua a disposición del gatosiempre, este agua debe ser fresca y limpia. Mantener la caja donde el animal hace sus necesidades siempre limpia y cambiar la arena con una frecuencia adecuada. Debemos vigilar que coma de manera adecuada, ya que los gatos normalmente se racionan ellos mismos las tomas de comida de manera que comen poca cantidad pero de forma frecuente (no como los perros, por eso a estos últimos se les debe dar de comer dos veces al día y no tener su cuenco siempre lleno, ya que se comerán todo o casi todo y se volverán obesos), por esta razón el cuenco de un gato siempre debe estar lleno de comida.

Muchas gracias por leer y hasta la siguiente entrada.......se admiten sugerencias

8/03/2009

Tumores mamarios en pequeños animales (perra y gata)

Tumor mamario en gata común europea (HCV. Fco. Santiesteban, Córdoba)


Hoy nos vamos a centrar en una de las patologías más frecuentes que nos encontramos en la clínica del perro y del gato: Los tumores mamarios.

Este tipo de neoplasias, raras en los machos, representan entre el 40-50% por ciento de todos los tumores que nos encontramos en las perras y 1/3 del total de tumores en gatas. Aproximadamente el 50% de los tumores de mama en perras y un 90% de los tumores de mama de gatas son malignos. Suelen presentarse en animales adultos-viejos enteros (sin castrar), siendo el rango de edad más frecuente entre los 6-11 años.

La etiología de los tumores mamarios no es del todo conocida, sin embargo muchos son hormonodependientes, es decir se deben al influjo de las hormonas sexuales femeninas (estrógenos) y la mayoría pueden prevenirse si se realiza una OVH (esterilización) antes del año de edad. Muchos están asociados a la administración de tratamientos con estrógenos y progestágenos.

Estudios realizados en perras y gatas revelan que el riesgo de tumores mamarios en perras esterilizadas antes del primer celo es del 0,05%, este riesgo aumenta hasta el 8% si la esterilización se hace después del primer ciclo estral y hasta el 26% después del segundo estro. En gatas la situación es parecida, así las gatas esterilizadas entes de los 6 meses de edad tienen un riesgo del 9% y las esterilizadas entre los 6-12 meses de edad tienen un 14% de probabilidad de desarrollar tumores mamarios. Lo que nos demuestra que cuanto antes esterilicemos a nuestra mascota hembra mejor será para prevenir los tan temidos tumores de mama.

¿Qué podemos hacer nosotros como dueños? Para empezar esterilizar a nuestras mascotas antes del primer año de edad (ya hablé en una entrada pasada de las ventajas de la esterilización), en caso de no hacer esto os aconsejo que palpeis frecuentemente las mamas de vuestras mascotas y que en cuanto noteis algún bultito, por muy pequeño que sea, la lleveis a un veterinario, el cual tomará una decisión lo más correcta posible (biopsia y tratamiento).

Este es un tema que daría para escibir horas y horas, pero voy a resumir mucho.

¿Siempre que encontremos una masa en las mamas de nuestra mascota es una neoplasia/tumor? No, pero eso es algo que debe evaluar el veterinario. En el diagnóstico diferencial de masas mamarias se debería incluir principalmente tres patologías: Mastitis/mamitis, tumores/neoplasias (mamarias, cutáneas) e hiperplasia fibroadenomatosa mamaria (fundamentalmente se da en gatas).

¿Cómo se distinguen? En primer lugar, la mastitis no tienen relación con la administración de tratamientos hormonales para la inhibición del celo, mientras que los tumores y la hiperplasia fibroadenomatosa mamaria si la tienen (y bastante). En la mastitis hay presencia de secreción lechosa amarillo-blanquecina en los pezones, la mama estará inflamada, caliente, edematosa y eritematosa (enrojecida). Para distinguir los tumores de la hiperplasia podemos fijarnos en el tiempo de crecimiento, que suele ser rápido en la hiperplasia y más lento (aunque variable) en los tumores. Tanto los tumores como la hiperplasia puede ser unilateral o bilateral y afectar a distinto número de mamas.

Una vez diagnosticado que hay un tumor, ¿qué hacemos? Pues cirugía agresiva, pero, antes de la cirugía deberemos hacer pruebas complementarias para evaluar el estado general del animal (radiografías torácicas, para ver si hay metástisis pulmonares, ecografía abdominal para intentar detectar metástasis abdominales, etc.)

En perras las posibilidades de tratamiento tratamiento quirúrgico son amplias y es el veterinario el que debe valorar cual de ellas es la que mejor se ajusta al caso en cuestión, aunque se recomienda realizar una mastectomía unilateral, ya que el drenaje linfático de las mamas hace posible la metástasis tumoral a otras mamas, en el caso de que ambas cadenas mamarias estén afectadas se hara un mastectomía bilateral o mejor dicho una doble mastectomía unilateral consistente en dos cirugías separadas en el tiempo debido a la gran defecto de piel que se crea en la mastectomía. En el caso de las gatas se debe hacer mastactomía de toda la cadena mamaria sin pensar en otra alternativa, debido al alto porcentaje de malignidad que presentan los tumores mamarios en esta especie.

Tras la cirugía el veterinario valorará la necesidad de emplear adyuvantes de la cirugía como quimioterapia o radioterapia, basándose en la presencia o ausencia de metástasis.

Como es lógico el pronóstico varía según el tipo de tumor (dentro de los malignos hay tumores más agresivos que otros), la presencia de metástasis, grado de invasión de tejidos adyacentes, tamaño del tumor y otros factores.

Esto es todo si quereis ampliar sólo teneis que preguntar. Muchas gracias por leer y comentar

7/19/2009

Eutanasia: Es tiempo de marchar

Una de las decisiones más difíciles, sino la más difícil, a la que un propietario de mascota puede enfrentarse es la de decidir cuando es el momento adecuado de poner punto y final a la vida de su amigo, para evitar sufrimientos innecesarios. Porque recordemos que nuestro objetivo como propietarios y también como veterinarios es asegurar el Bienestar Animal, evitar el dolor y proporcionar a nuestro amigo una vida digna. Por esto debemos ver la eutanasia como un método de alcanzar estos objetivos, no como una derrota o un fracaso. Aprovechemos que estamos libres de absurdas ataduras morales (más bien inmorales) que obligan a seres vivos a sufrir aunque su padecimiento no tenga solución.


Para tomar la decisión adecuada en el momento adecuado tenemos que hacer caso al veterinario, quien hará una evaluación del binomio "dolor- posibilidad real de curación o mejora", de manera que cuando esta relación se incline claramente hacia un resultado adverso a nuestro interés es el momento de ayudar a nuestro amigo en su viaje final. El veterinario aconseja no impone, la decisión es del propietario.


Esta decisión es bastante difícil y casi siempre se toma tarde, a veces por egoísmo del propietario, otras veces por temor del veterinario a que se considere que ha fracasado. ¿Por qué digo esto?, es muy común que ante el consejo del veterinario de que se sacrifique a una mascota, porque su situación es irreversible y va a empeorar, los propietarios intenten mantener más tiempo a su mascota junto a ellos, sin tener en cuenta la opinión del veterinario y el sufrimiento que está padeciendo su amigo, tan sólo porque le tienen mucho cariño y no están preparados para decirle adios.


Obviamente el perder una mascota es un golpe duro, el libro "Adios Toby: cuando muere una mascota" comenta un estudio realizado en E.E.U.U. en el que se decía que para los niños la pérdida de una mascota podía ser más dura que la de un familar que no fuera padre o madre (no exactamente con estas palabras). Pero también podemos superar este golpe, ¿cómo?.


En primer lugar cuando hayamos decidido la eutanasia del animal, podemos escribir una pequeña carta recordando todas sus trastadas, eso nos arrancará una alguna sonrisa, aunque también alguna que otra lágrima (puede que de alegría al recordar los buenos momentos pasados junto a nuestro amigo).


A la hora de proceder a la eutanasia deberíamos estar junto a nuestra mascota, acariciándole y hablándole, ya que no debemos dejarle sólo al final.


Si tenemos un jardín, podemos enterrar a nuestra mascota en él antes que una empresa lo recoja y lo incinere, así podremos ir al lugar en el que yace y recordarlo.


En E.E.U.U., según el libro anteriormente citado, hay grupos de apoyo formados por gente que ha perdido a su mascota y que se ayudan mutuamente a superar este trago. En España no existe esto, pero podemos ir al parque donde íbamos con nuestra mascota e intentar buscar apoyo en los otros propietarios, seguramente ellos comprendan el vínculo que teníais con vuestra mascota y os puedan proporcionar apoyo. Es muy común que las personas que no tienen mascota no entiendan el por qué se pasa tan mal cuando se pierde a una, esto se debe a que ellas no han experimentado el nexo que se establece entre la mascota y su cuidador (no me gusta la palabra dueño), por eso es mejor compartir esta mala experiencia con otras personas que tengan mascotas.


También podemos buscar apoyo en el veterinario, aunque no es su misión, considero que un buen veterinario debería prestar cierto apoyo a las personas que han perdido a una mascota, al menos en los momentos iniciales, unas palabras palabras de cariño y apoyo no cuestan nada y pueden reconfortar bastante, recordemos que se acaba de ir una vida no un peluche.


Por último y cuando estemos capacitados para ello, podemos adquirir una nueva mascota que, obviamente, nunca llenará el vacío dejado por nuestro amigo pero que, indudablemente, se hará con un lugar en nuestro corazón paliando el dolor. Esta nueva mascota no debe ser un clon de la perdida, así sería conveniento cambiar de raza o incluso de especie.

7/13/2009

Castración canina y felina II: Castración en hembras (No sin mis ovarios).


En la entrada anterior tratamos el tema de la castración en perros y gatos machos, hoy toca la segunda parte del controvertido tema de la castración en animales de compañía, la castración en las hembras.


No voy a describir los procedimientos existentes por no hacer esto interminable y porque este blog pretende tener un enfoque didáctico y ser práctico para los propietarios de mascotas, para ver las técnicas quirúrgicas os recomiendo el libro de Cirugía de Theresa W. Fossum.


La castración en hembras consiste básicamente en extirpar los ovarios, pudiendo ir acompañada o no de la remoción quirúrgica del útero. Pero, ¿cuales son las ventajas e inconvenientes de esto?


En los machos decíamos que uno de los motivos de la castración era paliar los problemas de agresividad asociados a la influencia hormonal (testosterona), en las hembras no está tan claro. Hay estudios que indican que sus hormonas sexuales, estrógenos, ejercen un "efecto calmante", de manera que la extirpación de sus gónadas (ovarios) y la falta de hormonas sexuales derivada de esta hace que se puedan incrementar los niveles de agresividad en nuestra mascota hembra, sin embargo otros estudios tienen como resultado que los estrógenos dan lugar a una mayor agresividad de manera que la castración reduciría esta agresividad. Pero yo no aconsejaría castrar como tratamiento de agresividad en hembras. Sin embargo hay muchas razones para castrar a nuestra mascota hembra y cuanto antes mejor.


La primera y más importante es la reducción de sufrir tumores mamarios en nuestra perra o gata. La probabilidad de sufrir estos tumores varía según la edad con la que castremos a nuestra mascota, cuanto antes lo hagamos menor probabilidad tendrá de sufrir tumores. Disminuye la probabilidad de presentación de cáncer de mama a un 0.05% en el caso de perras esterilizadas antes del primer celo. Alrededor de un 50% de los tumores mamarios en perra son malignos y aproximadamente el 90% en gatas, así que pensad más en la mascota que en el bolsillo.


Previene la presentación de piometra o infección uterina hay que recordar que alrededor del 80% de las perras y el 40% de las gatas presentarán esta infección, la cual pone en riesgo la vida del animal y es totalmente prevenible al realizar la esterilización. Esta infección se presenta independientemente de si la perra o gata se haya cruzado alguna vez, nunca o varias veces. La razón por la que se presenta esta patología es la presencia de las hormonas relacionadas al ciclo sexual de la perra no esterilizada; cada celo que pasa incrementa el riesgo de padecer esta enfermedad.


En gatas nos ahorramos sufrir los maullidos y otras costumbres que se asocian al celo de las gatas, esto también se puede prevenir con fármacos para inhibir el celo, pero estos fármacos son hormonales y dan tienen más inconvenientes que beneficios. Por ejemplo aumentan la probabilidad de sufrir tumores mamarios y además pueden dan lugar a aparición de hiperplasia fibradenomatosa mamaria.


Elimina el riesgo de desarrollar enfermedades del útero y de los ovarios los cuales ocurren con frecuencia en las perras.


El costo de tratar enfermedades como la piometra o el cáncer de mama es mucho mayor que el de realizar una esterilización. El realizar la cirugía en una perra antes del primer celo tiene la ventaja adicional de que la paciente, por su edad, se recuperará con mayor rapidez y el riesgo anestésico es menor que en una hembra enferma o vieja.


Como siempre os recuerdo que esto son nociones básicas, si teneis dudas preguntad y si quereis ampliamos el tema, pero estoy en Bath y apenas tengo tiempo de actualizar, lo siento, no sé cuando podré actualizar. saludos y gracias por leer y comentar.

7/07/2009

Pros y contras de la castración felina y canina I: castración en machos (no tienes huevos)


En primer lugar quiero pedir perdón por estar tanto tiempo sin actualizar, pero entre exámenes y preparaciones de viajes no he tenido tiempo de abordar un tema tan interesante y polémico como la castración en perros y gatos. Quiero dividir este tema en castración de machos y castración de hembras debido a las diferentes razones, ventajas e inconvenientes que se dan entre los dos sexos. Este es un tema que daría muchísimo que hablar, pero lo haré de manera escueta para no aburriros, siempre podremos ampliar lo dicho aquí consultando libros, revistas, o páginas webs veterinarias.

A la hora de esterilizar a un perro o gato macho tenemos dos opciones muy diferentes, no voy a considerar la terapia farmacológica. Recordemos que como propietarios de una mascota tenemos que velar por el bienestar de nuestro animal y que somos responsables de sus acciones.
Por un lado podemos realizar una vasectomía (corte del conducto deferente), de manera que preservamos los testículos del animal y el influjo que las hormonas masculinas ejercen en nuestra mascota (agresividad, marcaje territorial, fugas, etc) y predisposición a enfermedades (tumores hormonodependientes, hernias, etc).

Por otro lado tenemos la orquiectomía o remoción quirúrgica de ambos testículos, eliminando el influjo hormonal. Pero, ¿cuáles son los pros y los contras de la orquiectomía?
Ventajas:
Supresión de comportamientos indeseables: como agresividad, fugas, marcaje territorial, etc. Todos ellos debidos a la influencia de la acción de los andrógenos, especialmente la testosterona. Aproximadamente el 80% de los gatos castrados deja de marcar el territorio de forma inmediata. La agresividad también se reduce de manera drástica, al igual que el instinto escapista o de fuga (se da principalmente en gatos).
Al evitar las fugas evitamos también que nuestros pequeños “Romeos” diseminen sus características genéticas de manera incontrolada, lo que daría lugar a un aumento del número de animales callejeros o camadas indeseadas que acabarían abandonadas. Es decir, podemos hacer un control poblacional y evitar el aumento de animales abandonados.
Se evitan posibles problemas prostáticos y tumorales hormonodependientes, además de otros procesos patológicos que se deben en parte a la influencia hormonal (algún tipo de hernia). Al igual que evitamos la difusión de enfermedades de transmisión sexual (tumor venéreo transmisible, etc) y ciertas enfermedades infecciosas (Brucelosis, etc) ya que desaparece el deseo sexual.
Controlamos enfermedades que tienen un componente genético, en cuyo caso los animales que las padecen deben ser desestimados como reproductores y castrarlos (Displasia de cadera, etc)
El animal no se vuelve menos macho como piensan algunos propietarios, ni se le crea una angustia por carecer de testículos, al revés hay estudios que indican que el nivel de vida y la esperanza de vida son mayores en animales castrados.
Al disminuir la agresividad (debida a la testosterona) se vuelven más sociables
Inconvenientes:
Disminución del nivel de actividad y de su metabolismo. El cese de la influencia de las hormonas masculinas hace que el nivel de actividad normal y el metabolismo de nuestro animal disminuya, esto tiene dos consecuencias. La primera es que al tener menor actividad el animal gasta menos calorías y tiene cierta tendencia a aumentar su peso, esto se evita ajustando la dieta a las nuevas necesidades calóricas de nuestra mascota (menores a las anteriores), mediante dietas específicas para animales castrados o aumentando nosotros su nivel de actividad (dándole más paseos, realizando juegos con él, etc). La segunda consecuencia es que al haber menos actividad los cristales de minerales presentes en la orina tienden a precipitar pudiendo dar lugar a problemas de cálculos (renales, vesicales, uretrales, siendo estos últimos mucho más frecuentes en machos debido a la conformación de la uretra peneana que tiene una flexura), esto se puede evitar con una dieta adaptada a animales esterilizados.
Esto es un resumen, no he inclinado la balanza a favor de las ventajas, es que, sinceramente, hay muchísimas más ventajas que inconvenientes en la esterilización tanto de machos como de hembras.

Gracias por leerme y saludos. Próxima entrada castración en hembras.

6/24/2009

Los gatos, esas bolas de pelo

Nyquist vomitando su primera bola de pelo


Si hay algo que caracterice a los gatos es que están la mayor parte del día aseándose (bueno y dormitando, que bien viven los jodios), esto nos puede servir para apreciar que nuestro gato no está bien, ya que UN GATO ENFERMO DEJARÁ DE LAVARSE (lo pongo en mayúscula porque es algo muy importante, es el primer síntoma de que en nuestro gato algo va mal).

Bueno, sigamos. La lengua de los gatos es áspera debido a que tiene unas papilas cónicas cornificadas, las cuales arrastran los pelos cuando el gato se lame, introduciéndolos en el aparato digestivo del gato. Ahora pueden ocurrir tres cosas:

La primera es que los pelos, como todo hijo de vecino sólido que entra por la boca, salgan por el ano (que repipi joder) junto con las heces.

La segunda es que se forme una bola de pelo de un tamaño suficiente para que pueda ser expulsada mediante el vómito. Basta con ver Shrek para comprobar que al "gato con botas" no le resulta agradable vomitar la bola de pelo.

Y la tercera y más peligrosa opción es que se forme una bola de pelo de un tamaño suficiente como para que se obstruya algún tramo de intestino y sea motivo de cirugía.

Hay que mencionar que las bolas de pelo se forman con mayor frecuencia en razas de gato de pelo largo (Persa, Himalayo, Maine coon, etc).

¿Cómo podemos evitar las opciones dos y, sobre todo, tres? Debemos intentar dos cosas: que el animal ingiera menos pelo y que el pelo ingerido transite por el aparato digestivo sin provocar atascos hasta su salida por el ano. Minimizar la ingestión de pelo es algo sencillo pero requiere que el propietario cepille asiduamente al animal y esto acaba cansando al propietario (entre los que me incluyo, en casa del herrero cuchara de palo). Que el pelo transite por el aparto digestivo es algo más sencillo y menos coñazo que se consigue mediante el uso habitual de jarabes de malta (un par de veces por semanas, además les encanta), también hay alimentos pensados para este problema que facilitan el transito del pelo ingerido y nuestro gato no tendrá que sufrir las tremendas contracciones abdominales necesarias para lanzar al exterior las bolas de pelo.

También se venden macetas que facilitan la expulsión de los pelos vía rectal, pero que a veces causan el vómito, así que yo considero mejor usar la malta ya que así los pelos salen por la vía natural y no por el mismo sitio por el que entran.

Esto es lo básico sobre los gatos y las bolas de pelo, no pretendo hacer una enciclopedia, pero si quereis saber más otro día sigo escribiendo o buscais por internet (si escogeis esta última opción meteros en foros serios, no en los que cada propietario da su opinión basada en la experiencia del amigo del vecino del novio de su hijo).

Saludos y muchísimas gracias por leerme.

6/20/2009

¡Ay va, la leche!


Dicen que lo más difícil de hacer algo es empezar a hacerlo, que gran verdad. Cuando un amigo me propuso crear un blog sobre mascotas, comencé a pensar en cómo debería empezar el blog. Este amigo es propietario de una gatita (Nyquist), así que decidí que la primera entrada estaría relacionada con un aspecto frecuente relacionado con los gatos (bueno también con los perros y otros animales).


Muchas son las personas que cuando recogen un gatito de la calle, o cuando lo compran o se lo regalan, lo primero que hacen es darle leche de vaca para alimentarlo.


Pero pensemos, ¿a nuestros bebés les damos leche de vaca?, obviamente no, ¿entonces por qué se la damos a los gatitos o perritos?, ummmmmm.


La leche de las diferentes especies mamíferas tiene diferente composición química adaptada a las necesidades de cada especie en cuestión. Además en algunas especies, la leche, cumple una función inmunizante al vehicular los anticuerpos maternales, proporcionando inmunidad al recién nacido, esta primera leche se denomina calostro (no, no es calorro, eso es un tipo de..... ¿persona?).


La leche de vaca tiene un contenido en lactosa del 4,8%, mientras que en la leche de gata el contenido en lactosa es del 4%. Es decir, no es que los gatos no tengan enzima que degrade la lactosa (lactasa), si que la tienen, ya que de lo contrario no podrían consumir la leche de su madre. Lo que ocurre, es que no tienen cantidad suficiente de enzima para degradar el contenido de lactosa de la leche de vaca, ya que la enzima se satura al encontrarse con una cantidad de sustrato mayor del normal.....pffffff vaya rollaco que he soltado, ¡si sigo así voy a durar poco en esto!.


Es como si tuviéramos una silla (enzima) y una persona (sustrato) que ocupa la silla, si ahora viene otra persona no cabe en ella (no vale cogerla en brazos, ni ir al "Que apostamos" para ver cuantos somos capaces de estar al mismo tiempo en una silla)


Esto hace que los gatos/perros sean intolerantes a la leche de vaca y no la digieran bien, intolerancia que varía según el individuo y que puede aparecer tanto en adultos como en cachorros, siendo más frecuente en adultos ya que tienen menos cantidad de esta enzima (ningún mamífero adulto bebe leche, salvo nosotros y en nosotros también es más frecuente en los adultos, ¿verdad José Andrés?). Los síntomas son los mismos que en personas, es decir, "se cagan". El problema ni es grave (siempre que se le ponga solución claro), ni es difícil de resolver, ya que basta con dejar de darles leche de vaca.


El caso de los cachorros (gatitos y perritos) es más complejo, ya que necesitan tomar leche para un buen crecimiento. En este caso deberemos darle leche martenizada de su especie (gata o perra) y no leche de vaca. La leche debe darse hasta aproximadamente hasta el mes o mes y medio de edad y , a partir de entonces, pasar a dieta sólida progresivamente.


En el caso de los gatos, la leche maternizada de gata les aporta la cantidad suficiente de taurina que estos animales necesitan y que la leche de vaca no les aportaría. La taurina es muy importante en los gatos y tras meses de su deficiencia aparecen diversos cuadros como cardiomiopatía dilatada, alteraciones de la retina, sordera en gatitos, además de dificultades en la reproducción. Por cierto, la leche debe estar tibia, si es que en el fondo son como niños también.


Como veis darles leche de vaca a nuestras mascotas puede ocasionarles diarrea o no provocarles nada, es como una ruleta rusa (menos arriesgada) con nuestro cachorrillo, así que vosotros decidís....¿recoger mierda (más bien fregarla) o gastarse pelas?.... he ahí la cuestión.